Mis hijos, en este episodio, os hablo del inmenso poder celestial que reside en vosotros, el mismo que creó el cielo y la tierra. Al trabajar con el Espíritu Santo, compartimos la gloria del reino. Aprenderéis a mirar hacia las cosas celestiales, siguiendo el ejemplo de Jesucristo en humildad y amor. La paz os rodea, pues todo está bajo mi control y los planes que tengo para vosotros son de bondad. Animo a cada uno a vivir auténticamente, dejando que el Espíritu Santo actúe en vuestra vida. Al final, seréis testigos de la grandeza del amor de Cristo y presentaros ante Él con orgullo.

Mis amados hijos, en este episodio os invito a discernir la voz del Espíritu Santo y a encontrar la voluntad de Dios en vuestras vidas a través de la obediencia y el sacrificio. Aprenderéis que, al elegir lo celestial y seguir el ejemplo de Jesucristo, recibiréis ayuda divina en cada paso. Aunque el camino puede ser difícil y poco valorado por el mundo, siempre estaréis bajo mi protección. Descubriréis que en el descanso del corazón se manifiesta la vida celestial y el amor desinteresado hacia los demás. Recordad, con Jesucristo, sois vencedores. Acompáñame en este viaje hacia la gloria celestial.

Mis queridos hijos, en este episodio les hablo del poder transformador que reside en cada uno de ustedes. A través de la fe en Jesucristo, vuestras vidas reflejan la naturaleza celestial, no dependiente de circunstancias externas. Aprenderán cómo el Espíritu Santo guía cada acción y decisión, llevando a cabo lo eterno y lo divino en su vida diaria. No subestimen su valor, pues son dignos por Cristo. Enfrenten cada día con la certeza de que, al renunciar a lo terrenal, viven para la gloria de nuestro Salvador. Caminemos juntos en esta vida de fe y amor.

Mis hijos, en esta edificante edición, recordaréis que en Jesucristo sois completamente victoriosos y no os falta nada. El camino que camináis junto al Espíritu Santo es una manifestación de la gloria celestial. Al uniros en amor y seguir mi camino, hacéis visible el reino de los cielos en la tierra. Esta vida que lleváis es un reflejo de lo que fuisteis creados para ser, plenitud en Jesucristo. No busquéis la aprobación del mundo, pues vuestra verdadera riqueza está en participar con Dios. Pedid con fe y las bendiciones del cielo fluirán a través de vosotros.

Mis queridos hijos, en este episodio os comparto el manantial de vida que brota en vosotros, nutriendo a quienes os rodean. Hablaremos sobre la renuncia a uno mismo y cómo, al seguir a Jesucristo, nos convertimos en luz en tiempos de oscuridad. Aprenderéis a vivir con amor y a colaborar con el Espíritu Santo, revelando la vida celestial que ahora lleváis dentro. Reflexionaremos sobre la importancia de actuar con humildad, sin buscar honor, y cómo vuestras acciones reflejan el amor divino en esta tierra. Escucharéis un mensaje de victoria y esperanza, recordando que ya estáis sentados con Cristo en los cielos.

Mis hijos, en este episodio, recibiréis un mensaje profundo de amor y esperanza. Dios nos exhorta a ser luz en la oscuridad y a vivir cada día siguiendo la guía del Espíritu Santo. Aprenderemos a actuar con amor y misericordia, sin juzgar, y a ser testigos de Jesucristo en nuestras acciones. Este episodio nos invita a reflexionar sobre cómo manifestamos el reino de los cielos a nuestro alrededor. La vida espiritual es valiosa y transformadora; cuando nos entregamos a Dios, nuestras acciones tienen un impacto eterno. ¡No os perdáis esta oportunidad de iluminar el mundo!